jueves, 3 de mayo de 2007

La confianza a través de la frontera: el ejemplo de Extremadura

La generación de confianza a través de las fronteras ha supuesto un aspecto principal del desarrollo de las regiones fronterizas. A partir de la historia de muchas regiones europeas durante las últimas décadas, podemos afirmar que una de las mejores formas de promover la inversión en un territorio es ofreciendo confianza a los inversores. Las administraciones públicas, el sector privado, o ambos, pueden generar dicha confianza. En muchos casos, también el “tercer sector”, el sector no lucrativo, hace uso del espacio trasfronterizo, otorgándole mayor carta de naturaleza.

El mejor ejemplo que puedo ofrecer hasta la fecha es el punto de vista de una región fronteriza española como Extremadura, en la que el proceso para generar confianza ha ido de la mano del desarrollo de la región. Mi región podría estar aislada, lejos de las principales rutas de transporte, y podría incluso estar en la frontera del país. Este suele ser el peor caso, pero también podría resolver sus dificultades mediante la imaginación de los sectores más emprendedores, la cooperación de los organismos públicos y privados de ambos lados y la generación de confianza a través de la frontera.

Nuestro caso puede ser un buen ejemplo de cómo hacer las cosas posibles, al igual que ocurre en muchas otras regiones fronterizas de Europa. Me refiero principalmente a regiones rurales localizadas en las fronteras de los países, poco desarrolladas en comparación con las capitales urbanas o los centros industriales. La Asociación de Regiones Fronterizas Europeas (ARFE) ha estado trabajando con las regiones fronterizas desde finales de la II Guerra Mundial con un enorme éxito, no sólo en las regiones septentrionales, sino también en el sur más pobre, y ahora en Europa Central y Oriental.

Volviendo al caso de Extremadura, con la integración de España y Portugal a las Comunidades Europeas, y en contraste con un largo pasado de aislamiento, comenzó en ambos países un proceso imparable de apertura exterior que afectó a las sociedades y a las personas cercanas a la frontera. La consolidación del Mercado Único Europeo aceleró la cooperación transfronteriza, y ayudó a la proliferación de todo tipo de relaciones económicas, sociales y culturales entre ambos países y, especialmente, entre las regiones más cercanas a la frontera.

El objetivo de la integración europea precisa de una política especial que ayude a superar en primer lugar cualquier problema fronterizo que se cruce en su camino. La cooperación transfronteriza aspira a eliminar las dificultades seculares sufridas por las comunidades fronterizas, causadas por el efecto barrera de unas diferencias históricas o culturales, militares o administrativas, geográficas o no, y algunas dosis de miedo.

Ocho regiones, cuatro Comunidades Autónomas españolas y cuatro regiones portuguesas componen la frontera hispano-portuguesa. Son amplios territorios, poco habitados, menos desarrollados que su entorno y con menos infraestructuras básicas (estas diferencias eran mucho mayores antes de comenzar su proceso de convergencia), especialmente las que carecen de litoral. Sin embargo, estas regiones tienen un enorme potencial que comenzó a aparecer principalmente gracias a la Iniciativa Interreg -una iniciativa europea para promover el desarrollo de las regiones-, también a los esfuerzos de organizaciones como la ARFE y sobre todo, al trabajo duro de ellas mismas: las regiones fronterizas.

Aquí se produce la unión de las oportunidades y los riesgos. Un ejemplo es el medio ambiente (un menor grado de desarrollo puede ser un riesgo, pero también supone un gran potencial medioambiental).

1.234 kilómetros fronterizos unen España y Portugal en la frontera interior terrestre más larga y estable de la Unión Europea. Extremadura comparte la frontera con dos regiones portuguesas, ocupando el área más extensa de la raya.

Tras dos ediciones de proyectos Interreg y la acumulación de la suficiene experiencia y confianza, llegó la hora de establecer marcos estratégicos. El extremeño cubre principalmente los siguientes aspectos:
  • La definición geográfica del área de trabajo.
  • Las prioridades estratégicas generales comunes.
  • Unos criterios clave comunes.
  • Unos principios sobre la gestión financiera (reglas principales de cofinanciación).
  • Unos principios sobre la gestión técnica (composición de los comités de seguimiento y ejecutivo, y la implicación de otros agentes, entre los que se concede una gran importancia a los agentes sociales).
  • Una metodología y un calendario de evaluación comunes (ex ante, intermedia y ex post).
Se han introducido métodos basados en el Marco Lógico y el Enfoque del Ciclo del Proyecto, incluyendo una serie de Términos de Referencia (indicadores, aspectos relacionados con la evaluación, etc.) que permitan buscar la mayor calidad de las intervenciones. Estas herramientas suelen ser requeridas por los organismos internacionales para optar a su financiación y son relativamente simples de utilizar si disponemos de la mejor información disponible de nuestras regiones.

Tras algunos años, se ha constituido un cierto número de Grupos de Trabajo, correspondientes a las medidas o campos de acción seleccionados, e incluyendo la representación de las administraciones locales, los agentes sociales y otros interesados (universidades, fundaciones, asociaciones sin ánimo de lucro) de las áreas elegibles. Estos grupos juegan un papel activo desde el primer momento, identificando, promoviendo y evaluando las actividades.

El Marco Estratégico desarrollado cubre muchos aspectos que proceden de riesgos pasados, convirtiéndose actualmente en oportunidades. Ejemplos:
  • Proyectos culturales que reflejen las tradiciones de la población transfronteriza.
  • Seminarios de negocios, donde los empresarios puedan intercambiar todo tipo de información y crear la base para la cooperación conjunta mediante joint ventures y otro tipo de fórmulas.
  • El extraordinario impulso de la enseñanza de idiomas útiles para los socios. En este caso, el castellano y el portugués a ambos lados de la frontera.
Otras oportunidades existentes son las siguientes:
  • Gestión y diagnóstico transfronterizo de espacios rurales: ordenación del territorio, marcos multisectoriales, protección del medio ambiente, gestión agrícola, turismo, artesanía y comercio, o patrimonio cultural.
  • Desarrollo del espíritu emprendedor, PYMEs, turismo e iniciativas locales para el desarrollo y el empleo: la creación de redes (de inversión, financiación o servicios) y turismo de calidad (en áreas rurales).
  • La integración del mercado laboral y la promoción de la inclusión social: formación profesional, reconocimiento de titulaciones, transferencia del derecho a pensiones, acuerdos de empleo transfronterizo, integración social transfronteriza, etc.
  • Investigación científica y desarrollo tecnológico: Alentejo Digital + Intranet de Extremadura.
  • Educación, cultura, comunicaciones, salud, …
  • Protección ambiental, eficacia energética y energías renovables: Protección, control, prevención, gestión, reciclado,...
  • No podían faltar las infraestructuras: transportes, telecomunicaciones y sistemas hidráulicos.
  • Cooperación legislativa y administrativa.
  • Cooperación entre ciudadanos y administraciones públicas: entidades públicas y privadas, tercer sector.
  • Asistencia técnica: elaboración de estrategias transfronterizas, constitución de asociaciones transfronterizas.
No hay que olvidar el importante papel de las administraciones locales en la ejecución de estas medidas, utilizando un enfoque de abajo hacia arriba dado que son las administraciones más cercanas a los ciudadanos.

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