viernes, 8 de febrero de 2008

Corbacho, impresentable

Esta es la carta que le acabo de enviar al Sr. Director del Diario El País, con acento, de España.

Querido Director del periódico que leo de forma habitual desde que me dejan leer periódicos:

Ya puestos, me gustaría dedicar mi humilde comentario a don Billy Wilder, con permiso de don Fernando Trueba.

Coincido plenamente con don don Diego Galán en su "Cámara oculta" del viernes, 8 de febrero de 2008, titulada "Qué manía con los cortos":
http://www.elpais.com/articulo/cine/mania/cortos/elpepucin/20080208elpepicin_6/Tes.
Me explico: en la ceremonia de entrega de los últimos Premios Goya (2008), se produjo una chanza inexplicable sobre una forma accesible de acercarse a la cinematografía, arte caro donde los haya: el "corto". Tan impresentable fue su mofa como importante el objeto de su chufla. Hay lugares del mundo donde no hay ni productoras, ni empresas públicas de fomento de la producción, ni ayudas a la creación. La única posibiliad de dar salida a la iniciativa audiovisual es rodar en unos pocos minutos, en el mejor de los casos de forma digital, una realidad o una idea, es decir, un "corto", para que algún amigo del ciberespacio, o alguna administración pública, financie su presentación en un festival al modo tradicional, una plataforma digital o un programa minoritario de televisión. Si sale bien la cosa, movilizará o, al menos, activará un par de voluntades.

Desde hace un lustro la Cooperación Extremeña, una forma descentralizada y altamente participativa de cooperación internacional al desarrollo diseñada por la Junta de Extremadura, promueve en el marco de su Programa de Sensibilización, Comercio Justo y Alterglobalización, un Festival Internacional de Cine, el "Festival Cine Posible" de Almendralejo, que permite que las ideas de muchos creadores, do quiera que procedan, pongan de manifiesto situaciones que de otra manera pasarían desapercibidas entre las noticias rosas, amarillas o negras que llegan de forma sistemática a los sufridos ciudadanos.

El resultado es altamente revelador para los que creen que el corto es útil, y no digamos para los que creen que la cooperación internacional para el desarrollo, o el diálogo entre civilizaciones, son posibles.

El cortometraje, además de ser generalmente un producto de alta caliad, también permite que cualquiera que tenga algo que decir utilice el lenguaje de los HH. Lumière. ¡Viva Xanadú! ¡Viva Cine Posible! ¡Viva Almendralejo!